En un mundo empresarial que a menudo se enfoca en la innovación, la agilidad y la búsqueda de "sangre nueva", existe un recurso invaluable que a menudo es subestimado o incluso ignorado: la experiencia de los profesionales senior, aquellos que rondan entre los 50 y 60 años.
Como headhunters y tomadores de decisiones, debemos detenernos un momento a reflexionar sobre lo que estos profesionales pueden ofrecer, y cómo su exclusión de los procesos de selección puede ser un error que nos está costando caro.
Los profesionales en este rango de edad no solo traen consigo décadas de experiencia, sino también una templanza, resiliencia y perspectiva que son difíciles de encontrar en profesionales más jóvenes. Han vivido diferentes ciclos económicos, enfrentado desafíos complejos y, en muchos casos, liderado equipos a través de tiempos de cambio. Su capacidad para gestionar la incertidumbre y su enfoque en aspectos como el fit cultural o la relevancia de las relaciones interpersonales los convierte en piezas clave para el éxito de cualquier organización.
Uno de los mitos más comunes es que los profesionales senior tienen expectativas salariales inalcanzables. Sin embargo, en muchos casos, el salario que estos profesionales aspiran es comparable o incluso inferior al de aquellos más jóvenes, que aún están en una fase de formación o que buscan alcanzar el peak de su carrera. Este aspecto económico, sumado a su interés en encontrar un lugar donde puedan desempeñarse con tranquilidad y aportar desde su bagaje, les convierte en una opción atractiva para las empresas que buscan estabilidad y conocimiento.
Además, el valor de la experiencia no radica únicamente en la cantidad de años trabajados, sino en la capacidad de estos profesionales para transmitir ese conocimiento a las nuevas generaciones. Su permanencia en la empresa podría ser mayor de lo esperado, ya que suelen estar más enfocados en comprometerse con proyectos a largo plazo, motivados por el desafío y la oportunidad de dejar un legado.
La gran pregunta es: ¿Estamos mirando realmente el valor de la experiencia o nos estamos perdiendo una oportunidad al no incluir a estos profesionales en nuestras búsquedas? ¿Qué estamos ganando al priorizar juventud sobre experiencia, y a qué costo? ¿Podrían estos profesionales senior ser la clave para lograr una mayor estabilidad y éxito en nuestras organizaciones?
La invitación es clara. Como headhunters y como líderes empresariales, es hora de repensar nuestras estrategias de atracción de talento y aprovechar al máximo los recursos disponibles en el mercado. La experiencia es un activo invaluable que no podemos seguir dejando de lado.
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